miércoles, 25 de marzo de 2009

JUVENTUD VUELTA SALVAJE


Me encanta ser un niño problema. Adoro despertar crudo sin recordar lo que pasó la otra noche. Me gusta salir a la calle sabiendo que soy diferente a todos los demás. Que la gente se me quede viendo por cómo luzco pero cuando los volteo a ver desvían su mirada. Me encanta que las chavas me vean con atracción y con curiosidad al mismo tiempo. Las personas creen ser felices con sus vidas porque en realidad no tienen una concepción más amplia que lo que alcanzan a percibir con sus ojos. Yo lo he hecho. He visto más allá de ser sólo alguien común a quien nadie toma en cuenta. Yo no quiero ser sólo otro entre los demás. No quiero ser cualquier hijo de nadie en un trabajo cualquiera viviendo una vida sin ningún fin. Vive, trabaja, muere. ¿Qué hay de trascendente en eso? Tenía veinte años cuando estaba todavía en preparatoria. Mi padre me dijo que dejara la escuela, que ya estaba viejo para estudiar, que embarazara a una chava y que trabajara en una maquiladora como lo hacían todos. Creo que nunca he escuchado un pensamiento tan mediocre. Lo mismo cada día. Los medios, la escuela, los padres. Todos tratando de poner abajo tus sueños y echar cemento a tus pies. Estudia, trabaja, cásate, vuélvete viejo. Al infierno con ellos. No seré sólo otro engrane en la maquinaria hipócrita. Tratan de volvernos a todos iguales, hombres mecanizados sin pensamiento propio. Como círculos y triángulos, un ladrillo tras otro construyendo nuestra propia prisión. No soy un estúpido robot. Yo pienso, razono, creo en lo que digo. Si tengo qué ir en contra de todos los demás, lo haré. Creo firmemente que cada perzona en el mundo es diferente. ¿Porqué esforzarse en tratar de volvernos a todos exactamente iguales, como un mecanismo hecho en serie? Simplemente no encuentro razón. Mientras más traten de frenarme, más fuerte iré contra ellos. Si sobrecargan mi mente, no se quejen cuando explote contra ustedes. No intenten malinterpretar la verdad, sus pretextos irracionales no me harán cambiar de parecer. No seré una cara que nadie conoce, un esclavo de nadie. Romperé las cadenas que me detienen. Conozco mi destino. Seré lo que quiera ser. No moriré como un esclavo. Eso es lo único que nos separa de los viejos: creer. Creo en estar determinadas nuestras vidas desde el nacimiento. Algunos nacen para crecer y trabajar toda su vida. Yo no. Yo nací para ser un chico problema. ¡Y me encanta! Pensándolo bien, no me gusta tanto despertar crudo.

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